Sesión 1 El camino a la docencia. Motivación y fuerza de voluntad

Durante la primera sesión Santiago, nuestro profesor de lengua nos pregunto ¿por qué habiamos decidido tomar el comino de ser profesores? La respuesta que destacó fue la de nuestra compañera patricia que respondió: “por vocación” tras lo que se formó un debate respecto a su respuesta. Aunque considere que la vocación es un elemento indispensable para poder desarrollar la profesión en realidad considero primordial establecer algunos elementos.


El primero es que desde la perspectiva de la psicología la fuerza de voluntad no existe, por lo que no podemos hacer nada solo porque lo deseemos, sino porque obtendremos algo que queremos de acuerdo a nuestros valores. Por lo que la vocación en realidad no sería un elemento que nos mueva, sino que nuestros valores por emplear saberes de lengua y literatura para transmitir competencias clave lo que nos llevaría a la enseñanza. Este sería el enfoque más acorde a la LOMLOE. SIn embargo, la intención de ayudar a todos y de transmitir vulnerabilidad, apoyo y normalizar el reconocimiento de emociones para conseguir el mayor desempeño democrático, personal y empático, y que con ello nos conozcamos para obtener nuestra mejor versión es el motivo de porque busqué ser profesor. Considero que esta profesión está estrechamente vinculada con la psicología,

Partiendo de ello la vocación no se trata de una fuerza que te permite tdo, sino que estaría sujeta a tus valores personales, y a lo que deseas conseguir, ya sea para ayudarte a ti, a los demás, o a ambos. 


Esto nos lleva al segundo punto: la vocación no puede ocasionar que se consiga todo solo por el deseo de deber tener vacación como si se tratase de fuerza de voluntad, pues en situaciones precarias, de trabajo excesivo, situaciones personales complicadas o problemas físicos, mentales o ambos nos podremos ver profundamente limitados. La vocación y la fuerza de voluntad no pueden revertir nuestra realidad siempre y en ocasiones nosotros tampoco podremos hacerlo. 


Es cierto que tanto el sueldo como las vacaciones son buenas, como se ha mencionado en clase. Sin embargo, las horas de trabajo en casa, la atención individualizada a algunos alumnos, el tiempo desarrollando situaciones de aprendizaje adaptadas al grupo clase (aunque la IA puede ahorrarnos gran parte del trabajo respecto a este tema) son elementos que no tienden a tomarse encuenta y que son ajenos a la vocación. LA LOMLOE ofrece una gran libertad para desarrollar las clases, lo que es muy significativo pues los profesores podemos trabajar como deseemos, como los profesionales con conocimientos que somos. Este paso lo considero muy relevante al margen de las contradicciones que presentan los documentos administrativos de educación como el Real decreto y el decreto autonómico. Sin embargo, el tiempo nos impedirá desarrollar metodologías activas en algunos casos. Además el nuevo modo de evaluación calificando cada competencia y eludiendo exámenes o pruebas que no midan de forma continuada el progreso del alumno es un desafió demasiado grande. Esto no lo menciono yo, sino la mayoría de profesores cuando estuve en el periodo de prácticas, quienes hablaban de calificar a sus alumnos como una especie de torturas mientras se lamentaban de tener que justificar la nota en cada competencia con cada alumno. Mencionaban que no era necesario si habían seguido el progreso de su grupo, si los conocían bien, y si tomaban en cuenta sus ejercicios e intervenciones.


No considero por tanto que la vocación sea un elemento suficiente si se equipara a fuerza de voluntad, pues no creo que exista la fuerza de voluntad. Si considero la vocación suficiente como sinónimo de motivación con el fin de conseguir unas metas para uno mismo o para otros. Nadie hace nada si sabe que no obtendrá nada Si queremos ser profesores será solo para nuestro beneficio, el ajeno o ambos. Quizá porque queremos llevar nuestros sentimientos y sensaciones por la lectura y la literatura, ayudar y preparar a nuestros alumnos para la vida con la enseñanza de valores ético-cívicos democráticos y de aprender a aprender. En mi caso es por estos motivos, considero que quienes quieren ser profesores de castellano buscan motivos similares. La labor de ser profesor se presenta como demasiado compleja. No tiene sentido pensar que se desea ser profesor por un beneficio fácil y rápido. Y si se piensa eso, solo puede ser por el desconocimiento adquirido mediante prejuicios. 


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